La luz entrelazada y los aires de grandeza
se mezclan derramando imágenes en píxeles,
grafías imaginarias de mundos y distancias,
entre geografías extrañas y memorias bastardas
que conducen en trazadas espirales
hasta shangri-la, brigadoon, tu infancia y
a un fantasma introvertido e invisible
encerrado por la máquina.
Vale, ha sido pequeño y casi no ha dolido. Prometo no hacerlo demasiado...
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